Por Paula Peñaloza
Una gran y hermosa casona estilo española del siglo XIX alberga a Café Zorzal, en Quillota. Una historia familiar que tiene a Simón Abufom junto con su esposa Akemi como protagonistas actuales, pero por la que pasaron previamente sus padres y abuelos.
Un lugar que conserva sus cimientos patrimoniales intactos, con esa rica sensación de armonía y calidez que pueden disfrutar, hoy en día, aquellos que visitan el café que abrió sus puertas en marzo del 2023. Anteriormente, la propiedad fue utilizada para vivienda particular -por parte de la familia de Simón- y luego fue arrendada como galería comercial.
En la cafetería hacen la mayoría de sus productos, muchos de los cuales siguen recetas ancestrales, pero también trabajan con productores de la zona. En su carta, se destacan las delicias dulces como las tortas, las medias lunas y la pastelería de elaboración propia donde podemos encontrar, por ejemplo, el Banoffe, una tarta inglesa clásica que lleva plátano, manjar y merengue. Es perfecta para acompañarla con un espresso doble o pedir algo más osado, como un chai latte o un mocaccino doble.
También tienen tés, diferentes infusiones, kombucha, jugos vitamínicos y zumos, en donde utilizan la máquina Hurom que solamente prensa los alimentos, resultando bebestibles realmente refrescantes y saludables. Asimismo, tienen pastelería vegana, vegetariana y microbiótica. ¿Alternativas saladas? Por supuesto. Tiene una rica variedad de sándwiches, almuerzos y ensaladas, por lo que se puede ir a disfrutar a cualquier hora.
Café Zorzal tiene una vibra acogedora única y sus áreas verdes no dejan de fascinar. Es un lugar perfecto para disfrutar de un buen café en compañía de un libro, desconectarse un momento del día a día y disfrutar solo de cosas deliciosas, con una atención impecable, que la hacen sus propios dueños.